MADRID (Reuters) - Al menos 214 inmigrantes lograron entrar en territorio español el viernes después de un nuevo salto masivo de la valla fronteriza de Melilla desde Marruecos que obligó a cerrar temporalmente un paso fronterizo, dijo el Gobierno español.
"El salto, protagonizado por algo más de 300 subsaharianos, se ha caracterizado por el lanzamiento de todo tipo de objetos -piedras, palos y botellas- a los agentes de la Guardia Civil", dijo el Gobierno español en un comunicado.
Un grupo de unos 100 inmigrantes trató de entrar en España corriendo a través del paso fronterizo de Beni-Enzar, que tuvo que ser cerrado durante media hora.
Tras el salto, que tuvo lugar de madrugada en una zona cercana al arroyo de Beni-Enzar, el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla atendió a más de 200 de ellos.
"(Hasta el momento) 214 inmigrantes ya habían llegado al CETI, donde se dirigieron tras saltar la valla, coreando cantos de júbilo a su paso por distintas zonas de la ciudad", añadió el comunicado.
El nuevo salto se produce en plena polémica por la actuación de las fuerzas de seguridad en otro intento este mes de varias decenas de inmigrantes por llegar a Ceuta, el otro territorio español en el norte de África, que se saldó con la muerte de al menos 14 inmigrantes ahogados, y tras otro salto producido el lunes en el que hubo 30 heridos.
En el del viernes, un guardia civil resultó herido leve por un golpe con un palo por parte de uno de los cinco inmigrantes que se quedaron atrapados en la valla.
El inmigrante pasará a disposición judicial "como presunto autor de un delito de atentado grave a agente de la autoridad", dijo el comunicado de Interior.
Cada año, miles de inmigrantes africanos tratan de llegar a Europa en busca de una vida mejor, y en Marruecos hay rescates y ahogamientos casi todas las semanas.
En la primera mitad de 2013, España acogió a unos 3.000 inmigrantes ilegales, el doble que en el primer semestre de 2012, según cifras oficiales. La mayoría entraron a través de Ceuta y Melilla.
Ambas ciudades tienen instalado en el perímetro fronterizo vallas de seis metros de altura coronadas por concertinas, un sistema de alambradas criticado por organizaciones de defensa de los derechos humanos, que afirman que causan heridas graves a los inmigrantes.
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