A las 10 de la mañana, el féretro con los restos mortales de Suárez, envuelto en la bandera de España, entró en el Congreso de los Diputados por la Puerta de los Leones, la de las ocasiones solemnes, en silencio, a hombros de militares, solo con un redoble de tambores, y seguido de su familia.
A la izquierda de la escalinata de entrada se encontraban el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y los de las dos Cámaras, mientras que a la derecha se encontraban los tres presidentes supervivientes de la democracia: Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.
La capilla ardiente se instaló en el Salón de los Pasos Perdidos, y quedará abierta a los ciudadanos al menos hasta el martes.
"Adiós al mito de la Transición" en el diario El Mundo o "El forjador de la democracia", en El País, son algunos ejemplos de las despedidas que publican en portada todos los medios de comunicación como homenaje a una figura muy discutida en sus cuatro años al frente del primer gobierno democrático pero que fue ganando reconocimiento con el paso de los años.
El Rey, principal artífice del paso de la dictadura de Francisco Franco a la democracia en España en la segunda mitad de los años 70 junto con Suárez, acudió a la capilla ardiente acompañado de la Reina y la infanta Elena para despedir a su amigo, después de dedicarle un mensaje de despedida televisado, al igual que hizo el presidente Rajoy.
Suárez, responsable de pilotar uno de los períodos más turbulentos de la política española, estaba en una clínica madrileña por el empeoramiento de una enfermedad necrológica que padecía desde hace más de una década, según anunció el portavoz de la familia.
El 17 de marzo fue ingresado a causa de una neumonía y su hijo Adolfo Suárez Illana anunció el viernes entre lágrimas que el desenlace era "inminente".
Suárez - doctor en derecho - fue elegido en 1976 por el rey Juan Carlos I para presidir el Gobierno que convocaría las primeras elecciones democráticas en España en casi 50 años, y de cuyo Parlamento salió la Constitución española de 1978, una de las más longevas de la historia de España.
Su estado mental y físico se había ido deteriorando lentamente en la última década, en la que dejó de recordar que llegó a ser presidente.
La doctora que le atendió durante su enfermedad, Isabel de la Azuela, dijo que su muerte se debió a la evolución natural del Alzheimer y añadió que ha permanecido sereno, rodeado de su familia y con muy buena calidad de vida hasta el final de sus días.
"Mi dolor es grande", dijo el rey Juan Carlos en una declaración institucional emitida por televisión tras conocerse la noticia del fallecimiento de Suárez, a quien definió como un "amigo leal" y un "colaborador excepcional".
"El dolor no es obstáculo para recordar y valorar uno de los capítulos más brillantes de la historia de España, la Transición que protagonizada por el pueblo español impulsamos Adolfo y yo junto con un excepcional grupo de personas de diferentes ideologías unidos por una gran generosidad y un alto sentido del patriotismo", agregó.
El monarca, vestido con traje y corbata negros y ante una foto en la que aparecían ambos lo definió como "un hombre de Estado", que puso el interés del conjunto de la nación española "por encima de intereses personales y de partido".
Numerosos actos oficiales fueron suspendidos en el primero de los tres días de luto que concluirán con un funeral de Estado en la catedral de La Almudena en Madrid.
Suárez, que había ocupado varios cargos durante el régimen de Franco, fue nombrado presidente en 1976 y ganó las primeras elecciones democráticas en España al año siguiente, con 44 años, al frente de la Unión de Centro Democrático (UCD), un partido fundado por él. Meses antes de los comicios legalizó el Partido Comunista (PCE), una de sus decisiones más valientes.
Durante cuatro años y medio trató de forjar acuerdos entre los representantes de las distintas ideologías, en lo que se conoció como el "espíritu de la Transición", hasta que las divergencias internas en la UCD y la dura oposición socialista le llevaron a dimitir en febrero de 1981.
CAPACIDAD DE CONSENSO
Nacido en Cebreros (Ávila) en 1932, se le reconoce como un hombre de consenso capaz de lidiar con todas las fuerzas políticas tras 40 años de dictadura.
"Su capacidad para forjar consensos logró superar divisiones y unir a los españoles en una gran causa común: la de la libertad, el bienestar y el desarrollo de la sociedad en su conjunto", dijo el presidente del Gobierno en una declaración institucional en el Palacio de la Moncloa.
"El mejor homenaje que podemos hacer a Adolfo Suárez todos los españoles, y yo mismo como presidente del Gobierno, es esforzarnos por seguir el camino que él mismo nos marcó, el camino del entendimiento, la concordia y la solidaridad", agregó Rajoy, que anunció tres días de luto oficial a partir del lunes.
En la memoria colectiva, el recuerdo de los cuatro años y medio en los que Suárez dirigió el destino de una España convulsa se ha ido agrandando con el tiempo.
"Cuando se le preguntó si era bueno que los exfranquistas tuvieran un papel tan destacado en la transición, él solía decir 'Nunca he preguntado a nadie de dónde venía, sólo a dónde quería ir'", dijo a Reuters Charles Powell, historiador y biógrafo de Suárez, a quien entrevistó en varias ocasiones.
"Fue un hombre que sorprendió a todos. Venía del antiguo régimen pero tenía clara la visión de ir hacia la democracia", dijo el socialista Alfonso Guerra, quien fuera uno de los críticos más duros a Suárez cuando este era presidente.
Suárez, padre de cinco hijos, había permanecido alejado de la vida pública en la última década. En 2001 falleció su mujer, Amparo y en 2004 lo hizo su hija Mariam, ambas de cáncer.
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