El Palau de la Música de Valencia acogerá este domingo un concierto benéfico para recaudar fondos destinados a becar a 1.200 niños del poblado de Kiziguro (Ruanda), entre otras acciones para la mejora global de esa zona contempladas en el proyecto impulsado por el Centre de Música i Dansa Natzaret. Según la información consultada por Europa Press, el proyecto Kiziguro prevé conceder 1.000 becas de 20 euros anuales a alumnos de primaria, otras 200 de 100 euros para estudiantes de secundaria, así como realizar apadrinamientos y dar cobertura médica a 500 familias.
La apertura del concierto, en torno a las 11.30 horas, correrá a cargo de la Coral Giner de la Societat Coral El Micalet de València, que planteará 'Un passeig per la nova cançó'.
A continuación, el cantautor David Calabuig y la violinista María José Escobar interpretarán los temas 'La nana de los desheredados', 'El miedo soy yo' y 'África grita', para dar paso posteriormente a la actuación del coro de la UPD de Ribarroja del Turia.
A continuación será el turno de Root Africa y Dones africanes de Paterna, a las 12.30 horas, y de la coral y la banda del Centre de Música i Dansa Natzaret, que interpretarán 'África grita' y 'Dry your tears Africa' bajo la dirección de Daniel Escriche y Vicent Roig.
El cierre del evento correrá a cargo del cuento 'Rwanda, el país de las mil colinas' y del canto final 'Els esclaus', de la ópera Nabucco de Verdi. Junto a la recaudación de las entradas, se ha habilitado la cuenta 21005837830200057946 para recoger aportaciones.
"OTRA ÁFRICA ES POSIBLE DESDE LA MÚSICA Y LA SOLIDARIDAD"
El acto organizado por el Centre de Música i Dansa Natzaret, la Fundación Concordia y la Societat Coral El Micalet tiene como objetivo recaudar fondos para el proyecto Kiziguro, que surge a raíz de la celebración del 'Día de Africa', desde 2005, bajo el lema "otra África es posible desde la música y la solidaridad".Este iniciativa, que fue aceptada por la Delegación de Concordia en Ruanda (Concordia-Ineza), persigue la mejora global del poblado de Kiziguro, de 100 kilómetros cuadrados, y de sus 150.000 habitantes, con objetivos a corto, medio y largo plazo y un trabajo continuado.
Así, incluye la construcción de casas, apadrinamientos, desarrollo de la agricultura, escuelas, una mutua de salud y una escuela de música para abarcar "todos los aspectos de la vida de un pueblo".
En diez años, ha permitido construir 135 viviendas con un depósito de 2.500 litros para agua de lluvia cada una, ayudar a 59 niños apadrinados y contribuir a pagar las becas de 1.400 niños de primaria y 250 de secundaria, la mutual de salud a unas 1.000 familias, así como poner en marcha un proyecto de agricultura ecológica y formación y ayudar también a unos 115 agricultores y algunos universitarios.
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