MADRID (Reuters) - La Audiencia Nacional impuso una condena de 3.860 años de cárcel, una de las más elevadas por casos de terrorismo, a cada uno de los tres miembros de ETA que colocaron un coche bomba que explotó frente a la casa cuartel de la Guardia Civil en Burgos en 2009, causando 160 heridos.
Los condenados no cumplirán más de 40 años en prisión, como establece el Código Penal, y los beneficios penitenciarios les serán aplicados sobre la totalidad de las penas impuestas, según el fallo.
El tribunal considera probado que el 29 de julio de 2009, los condenados aparcaron un vehículo bomba con 700 kilos de explosivos a pocos metros de la casa cuartel, cuya fachada quedó gravemente deteriorada tras la explosión.
En el atentado resultaron heridas 160 personas, entre ellas 41 niños. Los condenados tendrán que indemnizar a las víctimas en función de los días de curación por varios cientos de miles de euros, y tendrán que pagar 15 millones de euros a la Guardia Civil por los daños del edificio, así como 1,1 millones de euros al Estado.
El de Burgos fue uno de los últimos atentados cometidos por la banda armada antes del alto el fuego decretado en noviembre de 2011 tras más de 40 años de atentados en busca de un País Vasco independiente en los que mató a más de 800 personas.
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