CAYETANA DE ALBA, LA DUQUESA DEL PUEBLO Y LA FARÁNDULA

MADRID (Reuters) - María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, más conocida como la duquesa de Alba, fue la aristócrata con más títulos nobiliarios del mundo y descendiente directa de Jacobo II de Inglaterra. Valedora de una inagotable pasión por la vida, era un personaje habitual de la prensa del corazón en España.

La interminable lista de títulos de Cayetana, que falleció el jueves a los 88 años por complicaciones de salud que derivaron en una neumonía, no le impidió disfrutar de las fiestas populares y mezclarse con el pueblo llano, una dimensión muy exprimida por los medios de comunicación de una mujer a la que le gustaba vivir intensamente y alejarse de los convencionalismos sociales de su clase, llegando a casarse a los 85 años con un hombre 25 años menor que ella.
La muerte de la duquesa deja un patrimonio considerado como una de las mayores fortunas de España, compuesto por terrenos, palacios, propiedades inmobiliarias y una gran colección de arte y monumentos gestionados a través de la Fundación Casa de Alba, y obras de Velázquez, Rubens, Goya o Tiziano. Entre algunas de sus posesiones se encuentran el madrileño Palacio de Liria, el Palacio de Dueñas en Sevilla o el Palacio Monterrey de Salamanca.
La Casa de Alba también es propietaria de explotaciones agrícolas y ganaderas en Andalucía y Castilla León.
El pasado 4 de noviembre, la edición española de la revista Forbes cifró la fortuna de la duquesa de Alba, que suma más de 45 títulos nobiliarios, en 2.800 millones de euros, en el top ten de los más ricos del país.
Cayetana fue la XVIII duquesa de Alba y la tercera mujer en ostentar el título de una casa cuyo origen se remonta a la Castilla del siglo XIV. Se declaraba admiradora de su tatarabuela María del Pilar Cayetana de Silva-Álvarez de Toledo, nacida en 1762, quien tampoco fue una mujer convencional para su época.
De la segunda duquesa de Alba se cuenta que fue una de las grandes inspiraciones de Francisco de Goya en el siglo XVIII. Dos de las grandes obras del artista, "La maja vestida" y "La maja desnuda", llevan el rostro de aquella Cayetana y los rumores no confirmados sobre una relación extramarital con el pintor aragonés escandalizaron a la sociedad de la época.
EDUCACIÓN MUNDANA
Desde joven, Cayetana, nacida en el palacio de Liria en Madrid el 28 de marzo de 1926 y cuyos padrinos fueron el rey Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia, fue una mujer con mucha vitalidad y especialmente enamoradiza, como ella ha admitido en alguna entrevista.
     Tras perder a su madre con tan solo ocho años, se crió al lado de su padre Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, un personaje clave en su extensa formación cultural y mundana. Después de estallar la Guerra Civil en 1936, la familia se trasladó a Londres, donde su padre, primo de Winston Churchill, fue el embajador español.
"Mi padre era un anglófilo convencido, no sólo de sentimientos, sino también por su educación. Se sentía tan británico como yo me siento sevillana. Esta pasión suya marcó mi infancia y mi adolescencia. Una parte de su querencia británica está justificada: nuestro primer apellido, Fitz-James Stuart, significa literalmente 'descendiente de Jacobo Estuardo'", dijo la duquesa en sus memorias "Yo, Cayetana" (2011).
Cayetana recibió una educación muy completa y hablaba con fluidez cinco idiomas. También era una apasionada de los toros, el flamenco, y los viajes.
    "Yo siempre fui una chica muy alegre y divertida, con mucho éxito con los hombres. No porque fuera duquesa. No hay que olvidar que tuve pretendientes tanto o más importantes que yo", llegó a decir en una entrevista en la prensa rosa.
MATRIMONIOS E HIJOS
    Fiel a su linaje familiar, la por entonces duquesa de Montoro se casó por todo lo alto con Pedro Martínez de Irujo y Artazcoz en 1947 en Sevilla, en una boda que acaparó titulares de la prensa nacional y extranjera. El diario francés Liberation la llegó a calificar como "la boda más cara del mundo".
     El matrimonio tuvo seis hijos, Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia, pero una grave enfermedad lo interrumpió prematuramente con la muerte de su marido en 1972. En 1978 volvió a casarse con el intelectual y exjesuita Jesús Aguirre, con el que formó una pareja estable hasta la muerte de él en 2001.
Tras soportar años de soledad y un declive físico que la postró durante un tiempo en una silla de ruedas, volvió a recobrar su ganas de vivir y de viajar gracias al funcionario Alfonso Díez-Carabantes, con el que se casó en octubre de 2011 tras vencer la oposición inicial de sus hijos. Ella tenía 85 años y él 60.
"Toda buena historia de amor tiene que acabar en boda", profetizó en un titular meses antes de volver a recorrer el camino hacia el altar.
En agosto de 2011, Cayetana decidió repartir en vida su fortuna para vencer la oposición a su matrimonio.
El madrileño palacio de Liria (reconstruido tras la Guerra Civil y donde se conserva por ejemplo el último testamento de Fernando el Católico o el primer mapa de América trazado por Cristóbal Colón, según datos que figuran en el Ministerio de Cultura) permanecerá en la fundación, junto a la parte más sustancial de sus bienes y títulos, que dirigirá Carlos Martínez de Irujo, duque de Huéscar, que será el próximo jefe de la Casa de Alba.
Los demás hijos, que ostentan títulos de condes, marqueses y duquesa, han recibido mansiones, palacios, fincas y parcelas rústicas, además de una cuantiosa cantidad en dinero.

En los últimos meses, la duquesa había sufrido una recaída en su estado de salud que la obligó a estar prácticamente recluida en el Palacio de Dueñas, cancelando sus viajes y actividades sociales.

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