MADRID (Reuters) - El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, descartó el jueves integrar gobiernos presididos por los socialistas, que necesitan los apoyos de su formación para hacerse con regiones muy fragmentadas políticamente tras las elecciones del domingo.
"Ahora Pedro Sánchez me llama y antes no, esos gestos son reveladores de que la situación ha cambiado", dijo Iglesias tras hablar esta semana por primera vez con el secretario general socialista y emplazarse para un encuentro la semana próxima.
"(Pero) nuestra voluntad es la de no entrar en ningún gobierno presidido por el PSOE", añadió en rueda de prensa sobre un partido a cuyos integrantes ha calificado en reiteradas ocasiones de "casta política".
El exprofesor universitario dijo que para respaldar investiduras de candidatos socialistas exigirían un compromiso contra la corrupción, el cuestionamiento de los recortes sociales de los últimos años y el apoyo al "rescate ciudadano".
Iglesias, que fundó Podemos con otros profesores de izquierdas en enero de 2014, dijo que de los últimos resultados podía concluirse un progresivo deterioro del bipartidismo PP-PSOE y que el motor del cambio en el país era urbano.
"La tendencia es clara. En España, la política ya no es una cuestión de dos (..) Es una verdadera revolución democrática y el escenario fundamental para nosotros será el de las elecciones generales", dijo Iglesias en la sede de su formación en Madrid.
Para ganar esos comicios, añadió, Podemos tendrá que "trabajar muy duro" en un momento en el que según los sondeos han ido cayendo sus opciones de cara a las generales, de las que emergería un parlamento multipartidista.
"Podemos es un espacio de confluencia ciudadana (..) tiene que ser una referencia para todos los sectores que apuesten por el cambio", dijo el político de 36 años.
Iglesias descartó sin embargo un frente de unidad popular para las generales que incluya a partidos como Izquierda Unida, que perdió centenares de miles de votos el domingo y cuyo líder, Alberto Garzón, abogó esta semana por una confluencia del voto de la izquierda.
"La apuesta por el cambio y la unidad popular no tiene nada que ver con acuerdos entre partidos y menos con lo que podríamos llamar balsas de salvamento para nadie", concluyó.
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