"No podemos permanecer indiferentes o inmóviles, debemos reaccionar. Me gustaría animar a que todos ayudemos a superar, y sé que no es fácil, ese estado de ánimo", dijo el príncipe de Asturias durante la ceremonia solemne que se celebra todos los años en el Teatro Campoamor de la capital de Asturias.
"Necesitamos los esfuerzos y la colaboración de todos, pero lo que de verdad necesitamos es recuperar la ilusión y la esperanza que fundamenta cualquier éxito individual o colectivo, como tantos que hemos logrado en las últimas décadas de nuestra historia", agregó.
Felipe de Borbón, recordando la tragedia del tren cerca de Santiago de Compostela en julio que dejó 79 muertos, destacó la respuesta de los vecinos del pequeño pueblo de Angrois que se volcaron en ayudar a las víctimas del descarrilamiento, y los puso como ejemplo de la fortaleza de la sociedad española.
"El ejemplo de este pequeño pueblo gallego es una referencia, un estímulo para hacer frente al pesimismo, la frustración o la desconfianza que afectan a muchos españoles", dijo el Príncipe.
La prolongada crisis económica que vive España, que comenzó en 2008 con el estallido de la burbuja inmobiliaria, ha disparado los niveles de paro y ha agotado las redes familiares de apoyo, contagiando a la sociedad en su conjunto de un clima de negatividad y desánimo.
Antes de que el Príncipe pronunciara su discurso, intervino el escritor español Antonio Muñoz Molina, galardonado con el premio de Literatura, que hizo referencia a la delicada situación del país.
Muñoz Molina denunció cómo la población española ve mermados sus salarios mientras los más pudientes se enriquecen, con una mención especial a la generación de sus hijos, que tendrán un camino más complicado.
La Fundación Príncipe de Asturias entrega estos galardones desde 1981, cada uno de ellos dotado con 50.000 euros en reconocimiento de "la labor científica, técnica, cultural, social y humanitaria realizada por personas, instituciones, grupos de personas o de instituciones en el ámbito internacional".
El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades recayó en la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, mientras que el de las Artes reconoció al director de cine y guionista austriaco Michael Haneke y el de Ciencias Sociales se concedió a la socióloga neerlandesa Saskia Sassen. Los tres también intervinieron en la ceremonia.
Además, en la edición de este año fueron reconocidos el golfista español José María Olazábal con el de los Deportes, la Sociedad Max Planck con el de Cooperación Internacional, la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) con el de la Concordia y los descubridores del Bosón de Higgs y el CERN con el de Ciencia.
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