La presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, ha censurado las protestas de sindicalistas que tuvieron lugar hace unos días contra la juez del caso del ERE en Andalucía, Mercedes Alaya, donde llegó a haber "insultos", y ha instado a que todos los demócratas estén en "guardia" frente al "matonismo" y la "chulería" de la izquierda.
"Son un aviso para que todos los demócratas estemos en guardia frente a los que creen que con su chulería y matonismo pueden imponer su voluntad por esa violencia de aparente baja intensidad que son el insulto, la amenaza y la coacción moral", ha señalado la dirigente en su artículo semanal del 'ABC', recogido por Europa Press.Aguirre ha hecho una comparación de lo sucedido con Ayala con las protestas que sufrió la vicepresidenta de Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, a las puertas de su casa, o las que se produjeron en el Hospital de La Paz, cuando ingresaron a la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, tras un accidente de tráfico.
A juicio de la presidenta del PP madrileño, de los tres actos "palmariamente ilegales" se pueden sacar conclusiones "que vienen a arrojar graves sombras sobre el comportamiento de los participantes, pero también sobre el comportamiento de los partidos españoles de la izquierda en general".
Aguirre ha considerado que "buscar el jaleo en la calle para lograr en la revuelta lo que no se ha conseguido en las urnas es profundamente antidemocrático" y ha criticado que se pretenda "coaccionar a las autoridades públicas no sólo saltándose la ley que regula el derecho de manifestación" sino "la más elemental decencia".
Además, añade que el hecho de que hayan sido tres mujeres "las víctimas de estas agresiones siniestras" obliga a una reflexión sobre la ausencia "de una denuncia sin paliativos por parte de los partidos de izquierda" y de la "réplica inmediata y radical de las feministas de cuota, de esas asociaciones de mujeres que dicen defender a las mujeres pero que, en su sectarismo, sólo defienden a las mujeres que piensan y actúan como ellas".
Para Aguirre, el "matonismo en política es intrínsecamente perverso" y "un país que permanece impasible ante actos como estos es un país que demuestra escasa sensibilidad democrática". Además, si a esto se le añade un "machismo repugnante", se da una situación "que debe encender todas las señales de alerta a los ciudadanos que quieren convivir en libertad, en paz y en democracia".
Esto "debe obligar a los poderes públicos a tomarse en serio lo de que la ley caiga sobre los que la vulneran", pues considera que "no hay duda" de que "insultar de forma machista, como se ha insultado a la juez Alaya, además de servir para descalificar siempre a los insultadores, es un delito que no puede quedar impune".
EP
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