BRUSELAS, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea aprobarán este lunes las condiciones para negociar con el régimen cubano un acuerdo sobre diálogo político y cooperación que permita normalizar las relaciones con la isla y "alentar" reformas democráticas y modernización en la isla.
Cuba rechaza de plano la Posición Común, que condiciona las relaciones bilaterales a progresos democráticos en la isla, porque fue una medida unilateral de la UE, pero el bloque europeo ya ha advertido de que sólo contempla su eliminación si se logra concluir este acuerdo y tras una decisión unánime de los Veintiocho.
El objetivo del futuro pacto es crear un "marco sólido, estable y predecible" entre ambas partes, lo que permitiría a la UE "animar a que haya un mayor respeto de los Derechos Humanos" y "apoyar los cambios y reformas" iniciados por el régimen de Raúl Castro. Las reformas democráticas "no se pueden comprar", advierte un alto funcionario europeo, pero sí "acompañar".
El convenio se asentará sobre el diálogo político y la cooperación, pero dejará fuera un tercer pilar habitualmente presente en este tipo de acuerdos, el comercial. "La idea de un acuerdo de libre comercio no ha estado en las conversaciones", indican fuentes diplomáticas, aunque sí se espera que la normalización de las relaciones potencie las inversiones europeas en áreas con potencial como la agricultura y el turismo.
Cuba, además, pierde este año las ventajas de que disfrutaba por pertenecer al sistema de preferencias arancelarias de la Unión Europea (SGP), que, en el nuevo periodo presupuestario, ha dejado fuera a países con mayor renta media. No obstante, la Unión Europea sí prevé "mantener el mismo nivel" de ayuda en cooperación que ha tenido desde 2008, cuando retomaron esta vía de apoyo con la isla, y que se eleva a 86 millones de euros en el periodo 2008-2013.
PROCESO DE UNO O DOS AÑOS
Una vez que los 28 confirmen este lunes el mandato negociador --que ha tardado más de un año en llegar por las reservas de países como Alemania, Suecia y República Checa--, los servicios de la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, podrán iniciar "de inmediato" los contactos con la parte cubana.
Las negociaciones podrían durar entre uno y dos años, según cálculos europeos, aunque también será determinante el ritmo e intensidad de las reformas que se espera de La Habana y de que asuma un "mayor compromiso gradual" con las libertades fundamentales y el respeto de los Derechos Humanos.
Los Estados miembros han dejado claro en su mandato que Ashton deberá informarles periódicamente sobre la marcha de las negociaciones, lo que les permitiría detener el proceso si, por ejemplo, se frena el ritmo de las reformas o aumenta la presión sobre la oposición cubana.
La Unión Europea trabaja desde finales de 2012 en este mandato negociador, cuando los gobiernos nacionales pidieron a Ashton "explorar" las opciones para normalizar las relaciones, pero este proceso interno se ha dilatado por la necesidad de recibir un apoyo unánime de las capitales. Un consenso que no se ha dado hasta que un pequeño grupo de países, con Alemania a la cabeza, levantaron su bloqueo este mes de enero.
La Unión Europea dio un primer paso de acercamiento con La Habana en junio de 2008, cuando los líderes europeos decidieron levantar las sanciones diplomáticas que impuso al régimen castristas en 2003, como respuesta a la detención de 75 opositores en la llamada 'primavera negra'. Aunque las sanciones estaban en suspenso desde 2005, esta decisión permitió retomar la cooperación con la parte cubana.
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