MADRID (Reuters) - "Vivir es fácil con los ojos cerrados", de David Trueba, y "Las brujas de Zugarramurdi", de Álex de la Iglesia, fueron el domingo las triunfadoras de los premios Goya del cine español, en una ceremonia marcada por la crisis que atenaza al celuloide en el país y las críticas a las políticas gubernamentales.
Pese a que "Las brujas de Zugarramurdi" no competía en los principales apartados, la historia basada en el proceso de la Inquisición española a 40 brujas se llevó ocho de los diez premios a los que aspiraba, convirtiéndose en la realización más laureada de la vigésimo octava gala de los Goya.
La ausencia del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, y las peticiones para que el Gobierno reduzca el impuesto sobre el valor añadido (IVA) del cine fueron temas recurrentes en los discursos de unos profesionales que vieron caer drásticamente la recaudación y el número de rodajes en 2013.
"Ha sido, como era de esperar, un año difícil (..) Hoy día hacer una película en nuestro país es un auténtico acto heroico", dijo el presidente de la Academia del cine, Enrique González Macho, en su discurso.
El productor y distribuidor enumeró los problemas que arrastra el sector "desde hace ahora mucho tiempo", y citó entre ellos la piratería o el IVA cultural del 21 por ciento, que ha incrementado el precio de exhibición para unos ciudadanos que cada vez disponen de menos recursos económicos para el ocio.
"La disminución de recaudación en cines debida a la pérdida de espectadores se estima en 102 millones de euros, lo que se traduce en que por cada euro que la Hacienda Pública ha recaudado a través del IVA, la industria cinematográfica ha perdido dos", dijo González Macho, que se refirió al cierre reciente de 400 salas de cine en el país.
Las críticas al Gobierno por sus políticas contra la crisis se personificaron en el ministro Wert, que adujo problemas de agenda para no asistir a la gala, después de que hace unos meses sugiriera que los espectadores no veían cine español no por el IVA, sino por la escasa calidad de las películas.
"Nuestros ciudadanos están por encima de nuestros políticos y nuestro cine está muy por encima de nuestro ministro de antiCultura", dijo el oscarizado actor Javier Bardem desde el escenario durante la gala celebrada en el centro de congresos Príncipe Felipe, de Madrid, ante cuyas puertas, aprovechando el eco de la ceremonia, se congregaron varias protestas ciudadanas relacionadas con conflictos laborales y sociales.
UNA HISTORIA DE EDUCACIÓN Y MÚSICA
"Vivir es fácil con los ojos cerrados", que cuenta la historia de un profesor que enseña inglés a sus alumnos con los temas musicales de los Beatles, se llevó los principales galardones, entre ellos mejor película, director y actores protagonistas.
Los intérpretes "han sido el gran placer de este trabajo, son gente frágil, llena de vidas que te prestan su mundo interior", dijo Trueba, que también recogió el premio al guión original.
El papel de maestro en esta cinta ha dado al actor Javier Cámara su primer Goya en la que era su sexta candidatura a los premios, mientras que su compañera de reparto Natalia de Molina ganó el reconocimiento como actriz revelación.
Pese a partir como favorita con once nominaciones, "La gran familia española", de Sánchez Arévalo, se llevó sólo dos estatuillas, las mismas que la película "La herida", que venía de ganar en San Sebastián el Premio del Jurado y la Concha de Plata a la mejor actriz.
Marián Álvarez repitió el premio que le dio Donosti al llevarse el Goya a mejor interpretación femenina, mientras que Fernando Franco se alzó con el galardón al director novel por una película de bajo presupuesto que optaba a seis galardones.
Una emocionada Terele Pávez, de 74 años, puso al auditorio en pie al recoger su primer Goya por "Las brujas de Zugarramurdi" en la categoría de actriz de reparto, mientras que el mejor intérprete masculino secundario fue Roberto Álamo por "La gran familia española".
"Amor", de Michael Haneke, fue reconocido como filme europeo más destacado del año, y "Azul y no tan rosa" se llevó el primer Goya para Venezuela en el apartado de producciones latinoamericanas.
El Goya de honor recayó en Jaime de Armiñán, quien con anterioridad solo había sido candidato a la estatuilla como guionista y que entre sus obras como director cuenta con "El nido", que en 1980 aspiró al Oscar a mejor película de habla no inglesa.
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