MADRID (Reuters) - La premiada escritora y académica Ana María Matute, que renovó el género fantástico español y se ganó a lectores de todo el mundo con sus novelas y multitud de cuentos, murió el miércoles a los 88 años a causa de una crisis cardiaca, dijo su hijo a Reuters.
Su última obra publicada fue "Paraíso Inhabitado", de 2008, que enfrenta el mundo imaginario de una niña y la realidad del mundo de los adultos con el telón de fondo de la Guerra Civil, otro de sus temas recurrentes.
Matute, nacida en Barcelona, recibió el Premio Cervantes de literatura en 2010, máximo galardón de las letras españolas y que se sumaba a los muchos que había recibido a lo largo de su carrera, como el Nacional de las Letras en 2007, el Nadal en 1959 o el Planeta en 1954.
En 1996 se convirtió en la tercera mujer que ingresaba en la Real Academia de la Lengua, donde ocupaba la butaca K, e impartió clase en diversas universidades, incluyendo algunas estadounidenses. Logró un amplio reconocimiento internacional, con sus obras traducidas a 23 idiomas y una candidatura al Nobel de Literatura.
"Pienso que es una de las escritoras -entre hombres y mujeres- más importantes de la España del siglo XX, la autora que con más potencia y sutileza ha sabido mirar a la España franquista", afirmó la escritora Almudena Grandes a la revista El Cultural cuando Matute recibió el premio Cervantes.
"FRÁGIL, PERO LLENA DE ENERGÍA"
Aunque escribía desde niña, inició su larga carrera a los 17 años con la novela "Pequeño Teatro", que vendió a la editorial Destino y que no vio publicada hasta ocho años después, según su página web oficial.
En sus últimos años caminaba con muleta, tras una fractura de fémur y varias operaciones quirúrgicas. Las nuevas generaciones de lectores la recordarán como una anciana de pelo blanco y voz suave, que no dudaba en cambiar para interpretar el papel de cuantos personajes fueran necesarios al contar un cuento.
"Soy frágil, pero estoy llena de energía", dijo en 2010 en una entrevista que concedió al diario El País.
Casada en dos ocasiones, se refería a su segundo marido como "el bueno", y vivía con su único hijo.
"Mi vida ha sido, es, la literatura y mi hijo. Al revés, mi hijo y la literatura", comentó.
"He vivido momentos terribles. La vida te cambia, te apalea bien, pero yo no me doblego, ni que caigan rayos y tormentas. También he vivido momentos maravillosos. Con mi segundo marido fui muy feliz. Cuando llega el desánimo siempre me digo "p'alante Matute, no para adelante, no, p'alante Matute", dijo al periódico.
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