MADRID (Reuters) - La inflación mostró en julio el mayor descenso en casi cinco años debido principalmente al retroceso los elementos más volátiles del Índice de Precios de Consumo (IPC), lo que hace pensar al Gobierno que España no entrará en una temida fase deflacionaria.
Según datos publicados el miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) español bajó en julio un 0,3 por ciento interanual, lo que supone el mayor descenso de la inflación desde octubre de 2009.
El indicador coincidió con el dato adelantado publicado a finales de julio por el INE y con la estimación de los analistas, tras un aumento interanual del 0,1 por ciento en junio.
Los precios cayeron según Economía debido a la evolución de la carestía de algunas de las partidas más volátiles del IPC, como la alimentación no elaborada (-5,2 por ciento interanual) y los precios energéticos (+0,3 por ciento, 2,3 puntos porcentuales menos que en junio).
En términos subyacentes -es decir, excluyendo alimentación no elaborada y energía-, el IPC se mantuvo en el 0,0 por ciento interanual en julio. Se trata del tercer mes consecutivo en el que este indicador se sitúa en la barrera entre las variaciones positivas y negativas de precios.
El Banco Central Europeo viene alertando desde hace meses del peligro de deflación en algunos países miembro de la eurozona, cuyas economías aún no acaban de despegar con fuerza tras varios años en el dique seco.
En el caso de España, la economía comenzó a reactivarse tímidamente a finales del año pasado tras seis años de crisis inducida por el derrumbe inmobiliario, con una mejora de la demanda interna en los últimos meses, pero a ojos de algunos observadores la mejoría es aún muy frágil.
La Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores (OPA) dijo el miércoles que considera que el descenso continuado de los precios en España pone de manifiesto que la economía española "está creciendo de forma muy lenta y que la demanda interna es insuficiente".
"Si bien a priori un descenso en los precios puede suponer un respiro para los bolsillos de los autónomos, se da también la circunstancia de que la caída continuada del IPC puede tener efectos negativos como son la bajada o congelación de los salarios y una pérdida de la confianza de los consumidores, circunstancias que no favorecen ni estimulan el consumo", dijo en el comunicado el presidente nacional de OPA, Camilo Abiétar.
Por contra, Economía considera que además de favorecer el poder adquisitivo de las rentas y el consumo, la moderación de los precios "facilita la continuidad de la moderación salarial y de la competitividad, con el consecuente impacto positivo sobre las exportaciones, facilitando la continuidad de la recuperación de la producción y el empleo".
INFLACIÓN ARMONIZADA CAE MÁS DE LO ESPERADO
En datos armonizados con el resto de los socios europeos, la inflación cayó un 0,4 por ciento interanual en julio frente a un dato plano el mes anterior y un descenso del 0,3 por ciento en el dato adelantado de julio. Los analistas no esperaban modificaciones respecto al indicador provisional.
En términos mensuales, el IPC bajó un 0,9 por ciento mensual en julio, mientras que en datos armonizados el descenso fue de un 1,5 por ciento, igual que en el dato adelantado y también coincidente con las previsiones de los economistas.
En junio, el IPC general no había mostrado variación mensual, con un descenso del 0,1 por ciento en términos armonizados.
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