PARÍS (Reuters) - El primer ministro de Francia afronta el martes una dura decisión para reunir un nuevo gabinete favorable a las reformas, un día después de la salida por sorpresa de unos ministros rebeldes que se habían opuesto al rigor presupuestario.
Manuel Valls buscará en una base lo más amplia posible su segundo gabinete en cinco meses antes de unas duras negociaciones en casa y con los socios de la UE sobre el presupuesto de Francia para 2015, y se espera que trate de atraer a políticos de otros partidos. Se espera un anuncio para esta tarde.
Dos de los principales diarios franceses, el conservador Le Figaro y el izquierdista Liberation, se unieron el martes con el mismo titular: "Crisis de régimen".
Luc Chatel, líder del principal partido opositor, la UMP, pidió un voto de confianza sobre el nuevo Gobierno, pero no pidió que Hollande disolviese el Parlamento.
Aurelie Filippetti, uno de los tres ministros que saldrán del Gobierno, desestimó las especulaciones de que el grupo pueda buscar que los diputados izquierdistas se distancien del Gobierno y minen la frágil mayoría de Hollande.
"Nuestro objetivo no es provocar una crisis de Gobierno. Yo apoyaré el nuevo Gobierno", dijo la exministra de Cultura a BFM-TV, diciendo que planeaba centrar sus esfuerzos en la deprimida región del noreste de Francia, donde ella es diputada socialista.
Hollande empleó el aniversario de la liberación de París en 1944 de la ocupación nazi para dibujar un paralelismo con la situación actual de Francia, "un país en ruinas que encontró en sí mismo la fuerza para levantarse".
"No obtendremos nada sin esfuerzo, sin abnegación, sin valor...", dijo Hollande, el presidente más impopular desde que se realizan encuestas, dijo en una ceremonia conmemorativa.
RIESGO POLÍTICO
No hay crecimiento en la segunda mayor economía de la zona euro, y el Gobierno ha admitido que no cumplirá con los objetivos fiscales acordados con sus socios de la UE.
El último signo de debilidad vino el lunes del deprimido sector inmobiliario de Francia, donde los inicios de viviendas en julio registraron una caída interanual del 10,8 por ciento hasta su menor nivel desde noviembre de 1998.
Los economistas dieron la bienvenida a la salida de Montebourg y esperan que de un nuevo enfoque al Gobierno.
"Esto representa una aclaración de la estrategia económica, pero aumenta el riesgo de una crisis política", dijo el economista de Barclays Philippe Gudin.
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