La enfermera dijo a su médico que posiblemente contrajo el virus al quitarse el traje protector después de atender por primera vez al misionero Manuel García Viejo, fallecido el 25 de septiembre.
"Lo que (ella) me ha transmitido es que son los guantes, con los guantes toca la cara, parece ser que es lo que ella ha recordado y me lo ha dicho en tres ocasiones", dijo el médico Germán Ramírez a periodistas a las puertas del hospital Carlos III de Madrid, donde se encuentra aislada la paciente.
Tras la alarma social desatada por el contagio, las autoridades sanitarias españolas tratan de averiguar cómo pudo contraer el ébola una trabajadora experimentada que trató en dos ocasiones a García Viejo.
Los responsables del hospital insistieron en que siempre había alguien supervisando la puesta del traje en el tratamiento de los misioneros, apuntando a un posible descuido de la enfermera.
"Este tipo de maniobras pueden pasar inadvertidas incluso para ella. Cuando son advertidas lo registran inmediatamente porque son los primeros interesados en que eso se registre. A lo mejor ha tardado tanto en poderlo decir porque ha estado ella misma analizando ese proceso", dijo la subdirectora del hospital Carlos III, Yolanda Fuentes.
Desde el ámbito sanitario, que ha sufrido drásticos recortes en los últimos años por la crisis económica, se ha apuntado a falta de medios y preparación de la treintena de profesionales que atendieron a los misioneros que se contagiaron en el peor brote de la historia del ébola en África occidental, donde han muerto más de 3.400 personas.
La Fiscalía Provincial de Madrid ha abierto diligencias para investigar cómo se produjo el contagio en España.
CINCO CONTACTOS DE ALTO RIESGO
Actualmente están en vigilancia 54 personas que tuvieron contacto con la paciente, según el Comité de Seguridad Sanitaria, que ha reunido a representantes de todos los estados miembros de la UE, la OMS en Europa y el Centro Europeo de Prevención de Enfermedades de Enfermedades (ECDC), dos de cuyos expertos llegaron el miércoles a Madrid para ayudar a las autoridades sanitarias.
Según el comité, informado por los representantes españoles, hay cinco "contactos de alto riesgo", entre ellos un médico que atendió a la paciente en atención primaria, tres trabajadores de ambulancias y el propio marido de la paciente.
Las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid confirmaron que otra enfermera que asistió a los dos misioneros estaba en aislamiento desde el miércoles, tras presentar décimas de fiebre. La prueba PCR que se le practicó después ha dado negativa.
Con el último caso, ya hay seis personas en aislamiento en el hospital. Una de ellas es la auxiliar de enfermería infectada con el virus y otra es el marido de ésta, que permanece asintomático.
Los tres restantes -un ingeniero español que había viajado a Nigeria, otra enfermera y una auxiliar- han dado negativo y si en 72 horas siguen así podrían recibir el alta hospitalaria.
El ébola puede tener un período de incubación de hasta 21 días y los expertos dicen que sólo es contagioso cuando los pacientes presentan síntomas como fiebre, diarrea y vómitos. Se transmite por el contacto directo con fluidos corporales como sangre, vómitos y heces.
RAJOY PIDE "TRANQUILIDAD"
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió el miércoles tranquilidad a la población y confianza en los profesionales sanitarios.
En sus primeras declaraciones tras conocerse un contagio que ha acarreado fuertes críticas a la gestión de la ministra de Sanidad, Ana Mato, Rajoy pidió que se respete el trabajo de los especialistas.
"En este momento lo que tenemos que hacer es estar atentos y mantener la tranquilidad", dijo Rajoy durante una sesión de control en el Congreso de los Diputados, en respuesta a la interpelación del líder socialista, Pedro Sánchez.
"Pido que dejen trabajar a los profesionales, que confiemos en ellos, tienen un prestigio acreditado. La sanidad española es una de las mejores sanidades del mundo", añadió.
Los profesionales sanitarios se han quejado de que no cuentan con las instrucciones precisas para tratar una enfermedad que, según los expertos, no se hubiera propagado si se hubiesen tomado las medidas necesarias.
En uno de los elementos de esta crisis que más polémica ha generado, el perro de la enferma fue sacrificado por la Consejería de Sanidad, que tuvo que pedir una orden judicial para matar al animal ante la negativa de su dueño.
"No existe garantía de que los animales infectados no eliminen el virus a través de sus fluidos orgánicos, con el riesgo potencial de contagio", afirmó la consejería en una nota de prensa.
El cadáver ha sido introducido en un dispositivo precintado de seguridad biológica y trasladado para su incineración en una instalación autorizada, según Sanidad.
Decenas de defensores de los animales hicieron guardia ante el domicilio de la paciente y se enfrentaron con la policía para evitar que entraran los servicios veterinarios a llevarse al perro tras una amplia campaña de apoyo al can que convirtió #SalvemosaExcalibur en tendencia en la red social Twitter durante toda la jornada.
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