No se le cae de la boca la expresión regeneración democrática y tiene un discurso fresco, sin un marcado perfil ideológico ni concesiones a la galería, pero muy cercano. Sabe que el 24-M ha consolidado a C's como la bisagra para dar o quitar el poder al PP y al PSOE en lugares emblemáticos. Por eso, advierte: o cumplen o habrá mociones de censura.
¿El haber apoyado al PP en Madrid y al PSOE en Andalucía es la prueba del algodón de la centralidad de Ciudadanos o de una empanada ideológica?
Bueno, facilitar las investiduras en Madrid y en Andalucía es la prueba de la centralidad que ocupamos y del cambio en la política española. No es dar un cheque en blanco. Ya dijimos durante toda la campaña que los votantes del PP, del PSOE e incluso los de Podemos no eran nuestros enemigos sino nuestros compatriotas. Hemos dejado claro que no vamos a entrar en los gobiernos, que nos quedaremos en la oposición, pero para que funcionen los ayuntamientos y los parlamentos autonómicos tenemos que mojarnos. Hay que tener sentido de Estado y de responsabilidad para poner las instituciones en marcha.
Vamos, que Ciudadanos se va a convertir en una especie de Gran Hermano vigilante de los pactos, ¿y qué pasa si no se cumplen?
Puede valer ese nombre que pone usted de Gran Hermano que lo vigilará todo. En esos acuerdos nosotros proponemos que haya un calendario de los 100 primeros días para concretar medidas y legislaciones. No queremos que esto sólo sean propuestas muy ambiciosas, pero que caigan en papel mojado, queremos llevarlas a cabo. La labor en la oposición de Ciudadanos será controlar a los gobiernos para que cumplan la hoja de ruta de ese acuerdo de investidura y, si no cumplen, la opción son las mociones de censura. Esos gobiernos están en minoría y es muy sano democráticamente que tengan que hablar con la oposición.
¿Y esa aparente centralidad, que apoya por igual a la izquierda que la derecha, no confundirá a sus futuros votantes?
No hay confusión porque es coherente con lo que prometimos. Hemos conseguido que el PSOE o el PP asuman cuestiones que eran transversales a la sociedad española, de regeneración democrática, de reactivación económica o políticas sociales. Somos un partido de Estado, responsable, que bajamos a la arena política. La gran novedad que aporta Ciudadanos en este momento, aunque haya mucho ruido, es que desde la oposición, sin haber ganado las elecciones, sin estar en el Gobierno, se pueden conseguir más cambios de los que han conseguido las oposiciones en 30 años.
¿Como qué? Porque en Andalucía han rebajado sus exigencias sobre Chaves.
En Andalucía hemos propuesto que se incluya en el Estatuto la limitación a ocho años del mandato del presidente. Eso era impensable con el PSOE, que se ha pasado veintitantos años con el mismo presidente. Tanto allí como en Madrid se van a suprimir los aforamientos, entre otras cuestiones como las primarias.
Pero Chaves y Griñán siguen ahí, y antes era para ustedes una condición sine qua non.
Susana Díaz ya ha dicho que si el Supremo sigue imputando a Chaves le pedirá el acta de diputado. Nosotros no hemos rebajado las exigencias ni haremos excepciones con nadie, se llamen Chaves, Griñán o Pepito Pérez. La presidenta de Andalucía lo sabe y si no cumple se atendrá a las consecuencias.
En la última entrevista que le hice me dijo que «Ciudadanos era Justicia y Podemos venganza». Ahora que ya tienen poder, ¿qué les diferencia a ustedes?
Podemos ha identificado como el único mal de España al PP, y deja otros muchos males al margen como sacar la corrupción de las instituciones, que haya una Justicia independiente, etcétera. Nosotros pensamos que el problema de España no es sólo el PP o el PSOE. El problema de España es cómo el PP o el PSOE han convertido el sistema político en una partitocracia que Ciudadanos quiere desmantelar. Además, no creemos que la mejor forma de mejorar las cosas sea apoyando a Bildu o a los independentistas en Barcelona, como ha hecho Podemos. En España, no «hay que trasladar el miedo de bando» como afirma Podemos. No tiene que haber ni miedo ni bando. Lo que tiene que haber es Justicia, y una España que funcione.
Pues a usted tampoco parece importarle que el PSOE le haya acusado reiteradamente de ser la "marca blanca" del PP ¿es así?
Yo al PSOE le diría que sea prudente porque ya nadie tiene mayoría absoluta y hay que dialogar por fuerza para que funcionen las instituciones. A partir de ahí, cada uno traza su camino. Pedro Sánchez está optando por la vía Zapatero, la de pactar con separatistas o nacionalistas, de hacer frentes de tres o cuatro partidos para desalojar al PP; es un error que le costó muy caro al PSC en Cataluña y ahora les puede pasar igual. ¿Se puede tener un proyecto para España y gobernar con los que quieren romper España? Pues no.
¿Está diciendo que C's no apoyará jamás los cordones sanitarios?
Yo siempre he estado en contra de los cordones sanitarios y me comprometo a no hacerlos jamás. En su día me opuse cuando el pacto del Tinell contra el PP y el otro día hice los mismo cuando Esperanza Aguirre caía en el mismo error intentado buscar un acuerdo a tres bandas para aislar a Podemos. Ciudadanos es muy claro y muy tajante, jamás haremos cordones sanitarios, pero no hablaremos con los que quieren romper España. Yo puedo aceptar que quieran cambiar las reglas, pero romper el juego no. Creo que C's ha conseguido que los partidos separatistas o nacionalistas ya no sean los árbitros de la política española, que no tengan la sartén por el mango.
¿De verdad cree que en las generales ni PNV ni CiU tendrán la llave de la gobernabilidad si nadie consigue mayoría absoluta?
No me cabe ninguna duda de que después de las elecciones generales el mapa político español va a ser a cuatro y, en ese mapa, los nacionalistas no van a tener la llave.
¿Podemos le puede comer la merienda al PSOE y ustedes al PP?
Eso es simplificar mucho. No creo que esto vaya de bandos, sería un error plantear España otra vez como bandos de rojos y azules o de naranjas y morados. Los ciudadanos son cada día más exigentes, puede haber quien haya votado en estas elecciones al PP y vote a Podemos en las siguientes, o al PSOE y a Ciudadanos. Hay una volatilidad en el voto brutal. La gente decide su voto a última hora y también denota cierta madurez democrática.
¿Ciudadanos no corre el riesgo de morir de éxito?
Nos hemos presentado en 970 municipios y hay 8.300. Hemos conseguido un gran resultado, pero todavía aspiramos a mejorar mucho en las generales y en las catalanas. Ni podemos ni vamos a morir de éxito, nos queda muchísimo por hacer y en Ciudadanos no cabe el personalismo ni la autocomplacencia.
¿Será candidato en las catalanas o al Congreso de los Diputados?
El día 20, el Consejo General convoca oficialmente las primarias, y entonces decidiremos. Aún no lo tengo claro.
¿Que Ada Colau vaya a ir a la manifestación proindependentista, que quiera limitar el turismo y que diga que no cumplirá la ley hace que se enciendan las luces rojas?
Cómo va a pedir ella como alcaldesa que los catalanes cumplan las leyes, paguen el IBI o las multas si dice que no cumplirá la ley. Ese tipo de discursos populistas son insensatos y vacíos desde el punto de vista jurídico y político. Una cosa es que tú cambies una ley injusta y otra es saltársela. Para la marca Barcelona sería nefasto que, en vez de tener los brazos abiertos a la actividad económica, turística y a la creación de empleo, la ciudad se cierre en sí misma. ¡Bastante hemos tenido ya con los separatistas para que ahora venga Ada Colau a hacer lo mismo! Dicho esto, ella votó a favor de la independencia el 9-N y por tanto es independentista en su ideología, en su forma de entender Cataluña y en cómo se relaciona con el resto de España.
Lo que ha sido insólita la forma en que se han tomado posesión de los cargos municipales. Ada Colau por «imperativo legal» y el resto de alcaldes de Podemos quitando los crucifijos y otros símbolos.
Es una incoherencia tomar posesión de cargos públicos, cobrar sueldos públicos y no asumir la Constitución y las reglas del juego. El populismo tiende a deslegitimar las reglas del juego, en vez de intentar cambiarlas democráticamente, para poder saltárselas cuando le conviene.
¿Qué le dijeron Rajoy y Sánchez cuando les planteó en su entrevista un pacto constitucionalista Ciudadanos-PSOE-PP si finalmente hay elecciones catalanas en septiembre?
Hace más de un año les pedí al PP y al PSOE una reunión para hablar de esto, entonces Rubalcaba ni nos contestó y Rajoy nos remitió al PP local de Barcelona. Hoy, por razones obvias, nos han llamado y en esas conversaciones con los dos, entre otras cosas, les planteé que en Cataluña, si el 27 de septiembre hay un solo escaño más de constitucionalistas que de separatistas, intentemos configurar un Gobierno alternativo a Artur Mas. Sin hacer frentes, ni bandos ni listas únicas, pero sí con una mayoría parlamentaria distinta. Tenemos que ser la alternativa a Mas y tanto Rajoy como Pedro Sánchez fueron muy receptivos porque son conscientes de la debilidad de sus partidos en Cataluña. Nosotros estamos dispuestos a cualquier fórmula que permita que haya una mayoría alternativa a la independencia.
¿Por qué la corrupción catalana tiene menor repercusión que la madrileña o la andaluza? Todos los Pujol están en la calle...
La corrupción no es distinta en Cataluña que en el resto de España, lo que pasa es que aquí se esconde siempre con la bandera. Los mecanismos, las mordidas, los tantos por ciento de comisiones, son lo mismo, lo que ocurre es que en Cataluña siempre se han envuelto en la estelada para tapar los escándalos, como se han envuelto en la bandera para llenarse la cartera.
¿Usted cree que si Rajoy no hace cambios en profundidad será el primer presidente de la democracia que esté solo una legislatura? Han perdido 15 capitales de provincia y autonomías emblemáticas.
El PP y el PSOE han intentado hacer cambios estéticos, operaciones de maquillaje, y les ha ido muy mal. Hoy en día, hablar de regeneración política no es quitar a un ministro y poner a otro sino comprometerse con una serie de reformas en España. Rajoy ha tenido la oportunidad durante esta legislatura, con mayoría absoluta, de impulsar una serie de reformas políticas y ha ido en dirección contraria. La credibilidad y la confianza no se recuperan con un cambio de nombres, ni tan siquiera generacional. Si cambias a uno de 50 por uno de 30, pero tiene las manos atadas, su partido no está limpio y no transmite confianza, el cambio no es creíble. No es suficiente un cambio generacional, si no se tiene el coraje político de cambiar las cosas.
¿Usted cree que estamos en una segunda Transición?
Estamos ante una segunda Transición, quizás más civil, más ciudadana. La Transición fue de partidos, porque no conocíamos la democracia, y ahora que ya somos maduros democráticamente, después de 35 años, esta Transición la está liderando la sociedad civil, los ciudadanos. Además de eso habría que poner una especie de Pactos de la Moncloa otra vez encima la mesa porque económicamente no hemos aprovechado esta crisis para cambiar el modelo productivo y económico español y en materia social garantizar otra vez las pensiones como en los Pactos de Toledo, o la Sanidad y la Educación como se consiguió a partir de los 80. Son retos que merece la pena consensuar.
¿Qué le parece la decisión de Felipe VI de revocar a su hermana el título de duquesa de Palma y el desafío de la Infanta a su hermano?
Me parece lógica la decisión y podían haberla tomado antes. La imagen de la Corona y la Familia Real es la imagen de la Jefatura del Estado de España y no puede estar salpicada por la corrupción, menos en un cargo que no se elige cada 4 años. No pude haber regeneración institucional en España sin que la Corona también participe en ella.
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