Podrán seguir utilizando las existencias disponibles hasta el 28 de febrero
Los establecimientos de hostelería, restauración y servicios de catering ya no podrán ofrecer a los consumidores aceiteras rellenables y sin etiquetar desde el 1 de enero de 2014, según recoge la nueva norma aprobada este viernes por el Consejo de Ministros con el fin de mejorar la calidad de este producto.
Los establecimientos de hostelería, restauración y servicios de catering ya no podrán ofrecer a los consumidores aceiteras rellenables y sin etiquetar desde el 1 de enero de 2014, según recoge la nueva norma aprobada este viernes por el Consejo de Ministros con el fin de mejorar la calidad de este producto.
En concreto, dicha norma establece que los aceites que se pongan a disposición del consumidor en este tipo de establecimientos deberán presentarse en envases etiquetados, estar provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización y disponer de un sistema de protección que impida su rellenado una vez agotado su contenido original.
La nueva norma contempla también la posibilidad de utilización de las existencias de productos adquiridos antes de su entrada en vigor. De esta forma, los aceites de oliva y los de orujo de oliva adquiridos por el sector de la hostelería, restauración y catering antes del 1 de enero de 2014, podrán seguir poniéndose a disposición del consumidor final hasta el 28 de febrero del próximo año.
Esta medida se enmarca en el contenido del 'Plan de acción sobre el sector del aceite de oliva de la Unión Europea', que establece una serie de medidas encaminadas a mejorar la competitividad del sector oleícola, entre las que se encuentra estimular a los Estados miembros a exigir la utilización de envases que no permitan el relleno en los establecimientos de hostelería, restauración y servicios de catering.
Esta norma, que ya está vigente en otros países como Italia y Portugal, persigue continuar avanzando en la garantía de la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor final.
Asimismo, tiene como objetivo mejorar la imagen del producto, en particular de las denominaciones de origen protegidas y las indicaciones geográficas protegidas y de las marcas productoras consolidadas en el mercado. También tiene como finalidad informar mejor al consumidor sobre las características del aceite que se pone a su disposición.
España mantiene así su firme compromiso con todas aquellas medidas que contribuyan a reforzar la competitividad de este sector, que constituye en muchísimos casos el único punto de contacto de los turistas que visitan España con el aceite de oliva.
El que puedan encontrar un producto de calidad, bien presentado y adecuadamente manejado supone, sin ninguna duda, una buena carta de presentación del producto, lo que facilitará un incremento de la demanda de nuevas exportaciones, según ha destacado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
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