MADRID (Reuters) - La huelga de limpieza en Madrid, que ha dejado la ciudad repleta de desperdicios y basura, ha acabado el domingo después de que las empresas concesionarias cancelaran sus planes de despedir a una quinta parte del personal tras 12 días de paros.
La situación ha desanimado a residentes y turistas por igual y la huelga se ha convertido en una de las manifestaciones más visibles de la crisis económica y presupuestaria de España, que ha acometido recortes en el gasto en escuelas, hospitales y mantenimiento.
La economía acaba de dar un giro y comienza provisionalmente a repuntar, pero uno de cada cuatro trabajadores está en el paro.
Las filiales de limpieza viaria de las empresas de infraestructuras OHL, Sacyr y FCC, todas con contratos con Madrid, habían dicho que no podían mantener el nivel de personal con los recortes.
Tras negociaciones maratonianas desde el viernes hasta la madrugada del domingo, la patronal y los sindicatos alcanzaron un nuevo acuerdo bajo el cual no se producirá ningún despido, pero todos los trabajadores estarán seis semanas al año sin sueldo hasta 2017.
"Quedamos muy satisfechos porque los despidos se han retirado" dijo a periodistas Roberto Tornamira, secretario general de la federación de servicios de la Unión General de Trabajadores, (UGT).
El acuerdo también incluye bajas voluntarias con una indemnización de 28 y 29 días por año trabajado, y excedencias a 5 y 10 años con remuneraciones que serán del 50% y del 75%, respectivamente, del salario bruto.
Los trabajadores han ratificado el acuerdo en asambleas el domingo por la tarde y aunque mañana se desconvocará oficialmente la huelga, los turnos de limpieza comenzarán esta noche con normalidad a pleno rendimiento, dijo a Reuters Félix Carrión, de Comisiones Obreras.
Desde el viernes trabajadores temporales escoltados por la policía municipal comenzaron a limpiar las calles de la capital, después de que la alcaldesa Ana Botella dijera que las empresas no habían cumplido con los servicios mínimos del 40 por ciento a los que estaban obligados contractualmente.
La recogida de basuras puerta a puerta en la ciudad, donde viven 3,2 millones de personas, no se ha visto afectada por la huelga, que mantienen solo los barrenderos de calles y jardines, pero las papeleras de calles y parques no se han vaciado.
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