HUELGA/EDUCACIÓN: LA COMUNIDAD EDUCATIVA VUELVE APARALIZARSE CONTRA LAS REFORMAS DE WERT

MADRID (Reuters) - La comunidad educativa en su conjunto volverá a paralizarse el jueves en protesta contra la reforma de la nueva ley de educación, que incluye una subida de tasas, y los recortes en el sector como la reducción del número de becas, entre otras medidas que sus convocantes afirman que pretenden destrozar la educación pública.
Por segunda vez en los casi 40 años de democracia, profesores, alumnos y padres de todos los niveles educativos, desde primaria hasta universidades y formación profesional, y de centros públicos y concertados, están llamados a la huelga, convocada por la Plataforma Estatal por la Escuela Pública.
"Queremos evitar que este ministro (de Educación, José Ignacio Wert) nos devuelva a las cavernas educativas, a la época de los años 50 cuando solamente la gente que tenía recursos, los ricos, podía tener acceso a la educación", dijo a Reuters Ana García, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, antes de iniciar una manifestación en Madrid durante el segundo día de una huelga de estudiantes a favor de la educación pública.
La movilización se produce 14 días después de que el Congreso de los Diputados aprobara sólo con los votos a favor del Partido Popular, que tiene mayoría absoluta, la polémica Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que sigue generando un fuerte rechazo de la oposición parlamentaria y la comunidad educativa.
"Es la segunda ocasión que hay una huelga conjunta de padres, estudiantes y profesores y pensamos que va a ser muy superior, entre otras cosas porque (...) va a ser empezando el curso, por lo tanto tenemos curso por delante si el Gobierno no rectifica y (...) viene precedida por los tres días de huelga del sindicato de estudiantes que han calentado motores", agregó García.
VUELTA A LA EDAD MEDIA
La nueva ley, que ahora continúa su tramitación en el Senado, aumenta las tasas universitarias, reduce la capacidad de decisión de las comunidades autónomas - que tienen transferidas las competencias educativas -, suprime la selectividad e introduce exámenes de reválida al final de cada ciclo.
El Gobierno dice que la reforma pretende luchar contra un abandono escolar situado en el 25 por ciento - el doble que en el resto de países de la Unión Europea - que dificulta la inserción laboral de los jóvenes españoles, más de la mitad de los cuales está en paro.
Con el país sumido en una profunda crisis económica, la educación ha sido una de las áreas sensibles para la ciudadanía a las que el Gobierno ha recurrido para llevar a cabo recortes para cumplir el objetivo de déficit pactado con la Unión Europea.
El ministro Wert indicó en una entrevista con Reuters este año que el gasto educativo había bajado un 5-7% o unos 3.000 millones de euros en los dos últimos años.
"Protestamos porque la educación es un derecho fundamental" dijo a Reuters Marina Beltrán, una estudiante de 19 años de Administración y Dirección de Empresas y Turismo, que, vestida con una camiseta verde de defensa de la educación pública, preparaba unas pancartas con otros compañeros el miércoles en Madrid.
"Hay otras formas de ahorrar, porque la educación es lo más importante que hay. Quieren que dejemos de estudiar y al final habrá una separación total entre la gente que tiene medios y los que no. Quieren que volvamos a la edad media y estamos perdiendo todo lo que han conseguido nuestros padres. Les conviene que seamos ignorantes para podernos manipular", agregó.
La huelga general del jueves es uno de los puntos calientes del calendario de movilizaciones educativas este otoño, que incluirá marchas hacia el Palacio de La Moncloa del 2 al 9 de noviembre y un congreso sobre escuela pública a mediados del próximo mes.
La Plataforma por la Educación Pública, que agrupa a sindicatos de profesores, agrupaciones de padres y asociaciones de estudiantes, ha recogido más de un millón de firmas para pedir al Gobierno que retire la LOMCE, modifique el decreto de becas y cambie a los interlocutores educativos.
Los dos primeros días de huelga del sindicato de estudiantes, que el miércoles afectaba a estudiantes de ESO, bachillerato, formación profesional y universidades, se han saldado con disparidad de datos entre convocantes y Educación.
El sindicato de estudiantes cifró en torno al 90 por ciento el seguimiento de las protestas, mientras que Educación habló de un 20 por ciento el segundo día y "una incidencia muy desigual" el primero.

"Tengo que agradecer a padres, profesores y alumnos el ejercicio de responsabilidad por mantener la normalidad en las aulas y garantizar que los alumnos sigan asistiendo con normalidad a las clases", dijo el martes la secretaria de Estado de Educación, Formación profesional y Universidades, Montserrat Gomendio.

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