MADRID/PEKÍN (Reuters) - Pekín calificó el miércoles de "absurda" la posibilidad de que el expresidente chino Jiang Zemin y el exprimer ministro Li Peng puedan ser detenidos si viajan al extranjero acusados de haber cometido un genocidio en el Tíbet, tras las órdenes de arresto emitidas por la Audiencia Nacional española.
Los dos exlíderes y otros tres ex altos cargos que trabajaron en el gobierno en los años 80 y 90, están acusados de abusos de los derechos humanos en la región del Himalaya.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Hong Lei, dijo en una sesión informativa diaria que Pekín ha "buscado aclaraciones de España" sobre la última noticia.
El auto judicial, emitido el martes, desencadenará órdenes de arresto que implican que los sospechosos serán detenidos si viajan a España u otros países que reconozcan las órdenes dictadas por España.
Aunque es poco probable que los exlíderes terminen bajo la jurisdicción española, el caso recuerda a la detención del exdictador chileno Augusto Pinochet en Londres en 1998 después de que el exjuez Baltasar Garzón emitiera una orden de arresto.
El mes pasado, otro auto del mismo tribunal imputó a su expresidente Hu Jintao por supuesto genocidio en el Tíbet. Entonces China denunció que la iniciativa interfería con sus asuntos internos.[ID:nL5N0J4459]
Zhu Weiqun, presidente del comité de asuntos religiosos y étnicos de China, el máximo organismo asesor del Parlamento, dijo que el caso era absurdo, en unas declaraciones publicadas por los medios estatales chinos el martes antes de conocerse el auto.
"Si el tribunal de algún país asume este asunto, hará caer sobre sí mismo una enorme vergüenza", dijo Zhu. "Que vayan adelante si se atreven".
Las tropas comunistas chinas tomaron el control del Tíbet en 1950. China dice que la región montañosa fue "liberada pacíficamente", donde según las autoridades chinas había pobreza, explotación y estancamiento económico.
El líder budista del Tíbet, el Dalai Lama, huyó a India en 1959 tras un levantamiento fallido contra el Gobierno chino. Grupos tibetanos exiliados están haciendo campaña a favor del regreso del Dalai Lama y el autogobierno en la región.
Más de 120 tibetanos se han quemado a lo bonzo en protestas contra el gobierno chino desde 2009, sobre todo en las áreas con más densidad de etnia tibetana en las provincias de Sichuan, Gansu y Qinghai en vez de en la zona que China califica la Religión Autónoma del Tibet.
Muchos de esos que se prendieron fuego han muerto.
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